viernes, mayo 13, 2005

En los momentos de silencio de la vida

El guerrero sabe que, de vez en cuando, el combate es interrumpido. No sirve de nada forzar la lucha, es necesario tener paciencia y esperar, esperar a que las fuerzas entren nuevamente en choque. En el silencio del campo de batalla, escucha las heridas de su corazón. Repara que está tenso. Que tiene miedo. El guerrero hace un balance de su vida; comprueba si la espada está afilada, el corazón satisfecho, la fe incendiando el alma. Sabe que el mantenimiento es tan importante como la acción. Siempre hay algo que le falta. Y el guerrero aprovecha los momentos en que el tiempo se detiene para equiparse mejor.
Creo que mi momento se acerca... Parece que me voy a Monterrey en 2 semanas.

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