Esperando, esperando, al fin pusimos fecha y hora , y en lo que la hora llegaba, me puse a hacer “algo” en la casa –por aquello de no sentirme culpable- pues heme ahí, haciendo cosas y más cosas (bueno en realidad no fueron tantas) vi el reloj, al fin la hora había llegado!! el tiempo pasaba y pasaba y nada, al fin reconocí que ese día no ocurriría nada, pero seguía queriendo una explicación, entonces, como si me hubieras leído la mente ahí estaba, un mensaje –como de costumbre- dándome la tan ansiada razón por la que no estabas ahí, “está bien, no importa, lo hacemos otro día” fue mi respuesta, realmente tenía ganas de verte, y platicar contigo en vivo y en directo (no por mensajes como acostumbramos) pero no, esos pequeños y diminutos virus tenían que alojarse en ti, esperemos que te mejores pronto para que me cuentes con lujo de detalles todo lo que ha pasado últimamente, Te extraño escuincle del demonio! No sabes como necesito un amigo en estos momentos.
Pd.- Atilanooooooooooo
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